El cuadro procede de Sevilla, donde lo compró el coleccionista don Antonio Muñoz. Doña María Luisa Caturla estimó su valor y merced a su intercesión fué adquirido en 1957. En un artículo sobre Zurbarán publicado en la revista "Goya" analiza la pintura con todo detalle y señala la existencia de otras dos versiones: una, en la colección Valdés de Bilbao y otra propiedad de la familia Brunet de San Sebastián. considera el lienzo de "la primera fase tenebrista del maestro, interrumpida por su estancia madrileña de 1634".
Figuró en la exposición "La découverte de la lumiére des Primitifs aux Impressionistes" celebrada en Burdeos en 1959.